lunes, abril 3

Ezclibido en papel partío

No puedo cumplir una promesa que parió del dolor, porque eso sería como aceptar lo que algún escritor escribió, eso de que la esperanza sólo puede surgir en la desesperacion.
Es por eso que esta noche escribo, en mi cama sobre este papel con el lapicero que la persona a quien le prometí que no escribiría más, me regaló.
Debo una nueva historia sobrel el Sol y la Luna.
Por qué es que las parejas de enamorados se autodenominan el papel del Sol y la Luna?
Por qué lo hacen, si ya casi no se detienen en la noche a mirar la Luna, o en el día para agradecerle al Sol?
Tengo una historia sobre los eclipses Léela sólo si eres capaz de obviar la antiguedad de la astrología.
Era la misma mañana del día del eclipse, cuando caminaba por la calle atiborrada de ruidos estresantes pero ínfimos para el Universo. Al doblar una esquina, el cielo estaba lleno de nubes como las que salen en los Simpsons y después de sonreir al verlas, cerré los ojos intentando cerrar mis oídos en realidad, para tratar de dejar de sentir mi alrededor, y transportarme hacia mis deseos.
Alguien me atropella, interrumpiendo mi viaje a la fantasía. Es un hombre muy alto, al menos para mis 165 centímetros, tiene un aura sombrío, creo que es una de esas almas que pasan por el mundo una sola vez, ya que nunca se hacen merecedores del renacimiento.
PERO No! para, no su aura, es el aparato que tiene entre las manos, es el nuevo mundo el que carga entre sus manos.
En ese mundo ya no necesita mirar a una persona a los ojos para hablarle, porque le puede hablar con los dedos, mirando una pantalla tan grande como la palma de su mano, apretando teclados con la misma fuerza con la que sus emociones sonarían. Ya no necesita mirar al cielo todos los días porque la solución a todo esta en ese aparatito, al clima, a los recuerdos (fotos), a la agenda, al tiempo...
Alguien me atropella, mientras los dos caminamos en direcciones opuestas, cual película de Hollywood en la que dos "almas gemelas" se re-encuentran. Choca contra mi cuerpo, mas el de él ya nisiquiera es cuerpo, ya no siente, es sólo un estuche que perdió conexión hasta con el frío ó el calor, un cuerpo que camina por el mundo esperando que se le acaben los días, porque alguien le robó el alma y no siente que me ha atropellado y que ha terminado con mi viaje cuando este aún no acababa de empezar.
Pero yo sí lo sentí que me atropelló, llevándose el inicio de mi fantasía, y siguió de largo y volteé a ver, a fijarme si en realidad había sido una persona lo que me había topado, pero ya estaba lejos y muy rápido, entonces volví a mirar al cielo y vi el eclipse casi comenzar, eso sí que era ininterrumplible! pero estaba sola, o al menos mi mirada lo estaba, ya que nadie más a mi alrededor contemplaba lo mismo que yo -El cielo-
Entonces el Sol me contó el por qué de su posición y el plan que tenía con la Luna.
Los dos habían hecho inmensos esfuerzos para lograr esta sombra, este maravilloso espectáculo que podría llamar la atención de los estuches y volver a prender esa chispa mágica que traería de vuelta a sus almas. Querían rescatar a todas esas almas que se fueron lejos de sus estuches, querían que regresen a los cuerpos porque esa es la única manera de hacer el mundo más mundo, habitable no sólo de estuches. Querían que dejen de errar por el mundo, atropellando y "despertando" a los que aún sueñan caminando ó doblando por una esquina.

4 Comentarios:

Blogger David Hoyos dijo...

que paja faba, esta muy buena la historia, la metafora que chevere.
de chibolo vi un eclipse, en mibarrio salieron todos al parque, incluso todos falamos al colegio por que se trataba de ver el eclipse, eran eso e la diez de la mañana cuando empezo el evento. Todo mundo estaba con sus lentes oscuros, con sus pedazos de plazas radiograficas o con negativos de fotos uno sobre otro, todos mirando al cielo en silencio, todas las puertas del barrio abirtas, en verdad ese eclipse logrò lo que dices, todos los estuches abandonaron el gran estuche para exponerse a esa sombra hija del sol y la luna, que hizo renacer las almas de todos. unabrazo faba.

12:06 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Hubo una vieja canción sobre el Sol y tu sonrisa, sobre las puertas maravillosas por las que siempre imaginé entrar después de cantarla, y la llave para atravesarlas que se encontraba en el centro de mi silueta y muy dentro de mi corazón. Hubo alguna vez un cuento sobre un hombre que le ladraba a la Luna, o sobre un perro que le hacía entender a ese hombre el porqué de mirar a alguien tan hermosa pero tan distante como aquella. En el fondo, siempre existió un hombre que escribía y cantaba, que le encontraba sentido a sus palabras porque la Luna le dijo, alguna vez, "me gustas y a la mierda", con la valentía de la ingenuidad y con la fuerza del amor. Y, después de todo, el hombre supo cantarle a la Luna que sus ojos, sus palabras y sus labios parecían el Sol, y dejaban sus manos sin paz.

Aunque sus hermanas se burlen de la forma en que cantan.

6:07 p.m.  
Blogger Víctor Manuel dijo...

Muy bien. Mira todo lo que sacaste de un simple tropiezo.

8:53 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Fue Ernesto Sábato, físico que dejó su profesión por la literatura. Quizá la misma clase de fuerza que le da a un hombre la voluntad para dejar un futuro prominente, es la que le permite escribir, sin suicidarse, una obra tan maravillosamente lúgubre. Sobrevivimos a su lectura, pero caímos en cuenta, como nunca antes, de que, "tan pronto usted nace, ahí empezó a morir".

10:18 p.m.  

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