lunes, febrero 27

Hoy dia en el tren supe que tengo un Júpiter

Alguna vez te has subido a un micro, uno de los grandes con ventanas grandes tambien, y el conductor ha hecho "carrerrita" con otro micro grande también, y has podido ver a los pasajeros del micro contiguo, moviendose como si se tratara de dos casas (con sus respectivos habitantes) que están corriendo juntas?




Yo sí, fue justamente un día en que junto con mi mamá fuimos a Plaza San Miguel y de regreso ella me embarcó en un micro para que yo me regresara a la casa sola, ya que ella iría a ver a Fernando (su pareja después del divorcio con mi papá, desde hace varios años y hasta ahora) y para eso ella tenía que tomar otro micro. Estábamos en ese "Santa Isabel" o "Plaza Vea" que queda en la Avenida La Marina, esperando los micros hacia la residencial San Felipe hasta que yo me subí al mío.

Mi mamá me despidió con un beso y un "nos vemos más tarde".

Desde niña me gustaba llorar por cualquier cosa, lloraba cuando quisiera, por eso que llegué a pensar que podría ser una buena actríz. Pero si pienso más a fondo, y analizo las cosas después de tantos años, creo que fue desde que mis papás se divorciaron (cuando yo tenía 7 años) cuando comencé a llorar por cualquier motivo y a la vez por el mismo siempre, y es que cualquier motivo era buena excusa para desahogar ese dolor constante de una separación.

Entonces ese día yendo a mi casa, sola en el micro, a los 13 años y con el beso de mi madre aún húmedo en mi mejilla, un micro grande y con las ventanas grandes también se empató con el que yo abordaba. Las ventanas grandes no hacían más que llamarme a mirar a travéz de ellas y así ví a mi mamá dentro de otra casa, que corría paralela a la mía, pero con rumbos distintos y en espacios separados. Ella no me vió, y no supo nunca que yo lloré "por cualquier motivo", mientras su casa doblaba a una esquina diferente a la mía. Ella no estaba lejos, no como ahora...



Esa pulsera es una de las pocas cosas que tengo de ella, no es un regalo que me hizo ni una herencia de familia, es una simple pulsera artesanal que ella se compró en Tarma, y que yo le "robé" de su joyero, tras habermela prestado tantas veces... Seguramente ella no sabe que yo la tengo, seguramente ella no sabe que la extraño y que ella es (ó su ausencia) un Júpiter vacío en mi corazón.

Es fácil cuando alguien te hace falta y no lo reconoces, porque entonces sólo vives tu vida y tratas de "make the best out of it", sin fijarte si te falta o si no tienes, sólo ves lo que tienes y lo que puedes, hasta que lo reconoces, porque ya es simplemente imposible no hacerlo.

He ignorado en este Web Log su ausencia al simplemente no mencionarla, pero hasta la ausencia puede estar presente.

Después de la separación de mis padres, en el año1996/97 mi hermana y yo vivimos con mi mamá hasta que yo tuve 15 años (2002), edad en que llegué a este país, fue entonces que mi mamá comenzó a doblar por su esquina al regresar a Perú después de dejarnos a cargo de mi padre (NJ) con quien yo no había vivido desde que tenía 8 años, para regresar a reconstruir su vida.

Hace un par de meses mi mamá regresó a EEUU, pero no tanto por nosotras, sino mas bien para construir un futuro mejor con su nueva familia (Fernando)

Ahora con mi mamá nos reunimos sólo para las festividades, pero a veces hasta siento que es peor, como cuando me siento rara si siquiera llega a hacerme un cariño que no he sentido por tantos años... es por eso que la fui a visitar ayer, para tratar una vez más de no sentirme así. Ella estaba más lejos que cuando se fue en ese micro, estaba más lejos de lo que estará en un par de meses cuando se mude a otra costa tan opuesta a la mía, que podrá ver los atardeceres que yo no veo...

Me embarcó al final del día otra vez, esta vez en un tren subterráneo. Me senté mirando a la ventana (de lado) con la mejilla seca esta vez. Iba por el carril de la derecha y en el carril del medio había otro tren, el cual alcanzamos ya que viajaba en la misma dirección que el tren que yo abordaba. Volví a ver por las ventanas e imaginé ver a mi madre en el otro vagón, la busqué entre la gente pero creo que ya había doblado en una esquina lejana.

Derramé muchas lágrimas, pidiéndole a mi Júpiter vacío que no dejara que mi madre se saliera de mi corazón, así como esas lágrimas se salían de mis ojos, para no volver a su lugar de origen nunca más. Se que ella me quiere, lo sé y recién ahora lloro tanto, porque recién ahora reconozco que ella es un vacío que nunca quise tener, que jamás pensé tener y que siempre siempre quiero llenar. Lo que no sé, como lo hubiera dicho en un post anterior:

"Machi, yo no se si te quiero mas de lo que te extraño, porque no se que sentimiento es el que ahora me une a ti, porque el quererte para mi es extrañarte, porque si no te estoy extrañando no estoy pensando en ti, no estoy pensando en ...- las cosas que ya casi no me acuerdo"

Supongo que ya soy grande y ya no necesito que mi mamá me acompañe en el carrusel que es esta vida...

4 Comentarios:

Blogger Faba dijo...

Una vez me preguntaste si me hacías felíz, y yo te contesté que hay vacíos en mi vida que no tienen nada que ver contigo. Porque ellos sólo pueden ser llenados por lo que los llenó alguna vez, por el resto... soy toda tuya.

1:58 a.m.  
Blogger David Hoyos dijo...

.....

.....





gracias

11:36 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Hmmmm ... extraños los cambiamentos pero el Jupiter q tienes si bien ahora es dificil colmarlo con paciencia se llenarà =)

8:43 a.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

dos casas corriendo juntas, esto si me causo gracia, lo otro es melancolía, tendrias que salir del tiempo espacio. Salu2

9:36 a.m.  

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