Somos lo que Somos

Me pregunto si algunos recuerdos se tendrán que desechar. Para comenzar, si es que eso se puede hacer por cuenta propia ó si es sólo cuestión de tiempo, como todo lo demás.

Me pregunto si debería olvidarme que el último "Nuevo Sol" que me gastara en mi vida (hasta ahora) fuera en un teléfono público de BellSouth en la sala de embarque de el Jorge Chávez, llamando a mi entonces enamorado quien contestara a la bigésima tercera timbrada.
Yo siempre lo llamaba de teléfono público y cuando comenzaba la cuenta regresiva de segundos él me hacía decir cualquier estupidez, para que la llamada se cortara mentras yo hablaba, y luego yo lo llamara otra vez y tubieramos tres minutos más de conversación. Pero esa noche yo no tenía más monedas, entonces aprovechamos al máximo la última que tenía haciendo de la cuenta regresiva un silencio mutuo que nos decía que nunca más nos volveríamos a ver, al menos no cómo lo hacíamos en ese entonces.

Derrepente me olvidaría que el aire acondicionado me daba frío, y que sentada en esa silla deseaba nunca tener que pararme, y que cuando me subí al avión y me sirvieron la comida, leí las cartas de mi mejor amiga Vanessa y mi prima Miluska, y después de haberlas leído una sóla vez en mi vida - cantidad insuficiente para poder acordarme ahora de lo que decían- las rompí en mil pedazos para escabuírlas entre los restos de la basura de mi comida.
Unas palabras que se suponía tenían que acompañarme en esta jornada, quedaron en algún basural de Lima ó Miami.

Después me pregunto entonces, si de verdad tendría que olvidarme de eso, ó si es que tengo el poder de hacerlo para comenzar. Si es así entonces ya no me acordaría de la sensación mía de "nunca más"; Nunca más volvería, nunca más sería lo mismo.
Y mientras recostaba mi cabeza y el avión despegaba ya era lo mismo si yo quería mi cabeza recostada hacia atrás ó no, porque la fuerza del avión llevaba todo mi cuerpo hacia atrás, ó quizá era yo en mi última demostración de quedarme... hasta que terminó el despegue.

Supongo que no me podría acordar que pedí audífonos y entre la lista de canciones disponibles estaba mi Hit de aquel verano "Again" de Lenny Kravitz. Derrepente ya no me acordaría que la escuché más de 10 veces entre sueños, y que cada vez que volvía a sonar, era como un llamado que me despertaba sólo para escucharla.

Pero si me pregunto si es que tendría que olvidarme de esos recuerdos es porque siempre he pensado que los recuerdos son para contarlos, y cuando no hay a quien contárselos 'you might as well forget them' Osease, sería mejor olvidarlos.

Luego me doy cuenta que están ustedes, que ojalá algún día sean más y me lean escrita en papel con cubierta incluída. Que sean muchos más los que me lean los limones, los cuentos fallidos, los poemas primariosos, vivencias rabiosas, las escenas deportantes ó mi idea del carrito que carga la palabra con sentimiento ó sin él.

Porque al final eso soy (somos), nuestros recuerdos. Porque cuando yo era niña y lonchabamos con mi abuelo en la mesa las 5 nietas, yo me quedaba sentada con él hasta lo último, escuchando sus historias completas, mientras las demás seguian siendo niñas. Yo sólo quería escucharlas porque me gsutaban, y ahora, después de muchos años, le confesé a un esporádico profesor de Gnosis, que aquellas experiencias y enseñanzas que mi abuelo me contó y yo escuchaba atenta, aún cuando no sabía nisiquiera enseñanza de qué eran, hoy estan como eco en mi mente. Hoy que estoy lejos de él y de su memoria, cada vez que necesito un consejo sólo me quedo callada a esperar aquel eco que es siempre el correcto.